COGNAC Grand Marnier

La uva es el corazón y el alma del cognac. Durante la vendimia, recogemos las uvas Ugni Blanc de la región de Cognac. Esta variedad de maduración tardía tiene una buena resistencia al “moho gris” y produce un vino con dos características esenciales: un alto nivel de acidez y, en general, un bajo contenido de alcohol.

Para convertir las uvas finas en cognac nos mantenemos fieles a los métodos tradicionales. A diferencia de otras bebidas espirituosas, cada lote de cognac se destila dos veces en alambiques de cobre para conferirle un carácter complejo. Este proceso utiliza el “corazón” muy aromático del líquido, que comprende el aguardiente que se convertirá en nuestro cognac Grand Marnier.

El aguardiente claro, resultante de la destilación, se añeja en barricas de roble que otorgan al cognac su color característico. El proceso de encubado y crianza del aguardiente utilizado por Grand Marnier es un arte en sí mismo; se utilizan barricas tanto en roble de Tronçais como de Limousin para lograr la complejidad adecuada. A continuación se produce una lenta transformación, en la que los componentes líquidos maduran con los sabores, aromas y taninos de las barricas de roble.

El cognac rara vez nace de un solo aguardiente. Respaldado por una gran experiencia, combinada con la intuición y el método, y transmitida de generación en generación, nuestro Maestro Mezclador ensambla aguardientes de diferentes añadas y Crus para obtener un cognac Grand Marnier XO, XXO y VSOP único, complejo y equilibrado.